La representación política en Ecuador

23.07.2013 16:35

“Para los que no tenemos creencias, la democracia es nuestra religión”

En alguna ocasión en la universidad tuve la oportunidad de tener clases con la ex Ministra de Cultura de Ecuador, Erika Silva, esposa del líder socialista Rafael Quintero. Más temprano que tarde tocó leer un texto de este personaje, que realizó en conjunto con su esposa.

El texto contiene un punto que considero muy interesante. Manifiesta la dificultad del país, desde su regreso a la democracia (y tal vez desde antes), para encontrar canales de representación en lo que se ha denominado democracia representativa.

Haciendo una breve clasificación, vemos que las formas de democracia son de dos tipos: La democracia total y la democracia representativa. En el primer caso, el 100% del universo elige entre todos las decisiones. Pero en sociedades con muchos habitantes es necesario crear instancias que representen la identidad de los sectores sociales y desde aquí se elijan representantes que los defenderán en los círculos de poder.

Estas entidades son conocidas como movimientos o partidos políticos y su lógica  es estar acorde de un sector social, muchas veces identificados bajo el pensamiento de izquierda, centro o derecha.

Mientras más complejo el Estado, mayores ramas estructurales. Por ejemplo, el sector de los heladeros necesitará un representante de su sector social, igual pasa con los taxistas, profesores, etc.

Pero qué ocurre cuando esta identidad se difumina y vemos que son unas cuantas familias las que dominan la política en el país. Precisamente, este es al punto que llega Rafael Quintero. Uno de los problemas más graves que ocurrió en el país, al menos hasta 2006, fue la falta de representación.

Esto ocurre en gran medida por no tener una activa participación política con gremios establecidos en la equivalencia y con dialéctica para saber encontrar consensos. La falta de representación crea a seres individuales, que en ocasiones ejercen en torno a intereses particulares.

Bajo esta perspectiva no era extraño encontrar “camisetasos” dentro de la Asamblea y en general una falta de gobernabilidad, donde no se podía aprobar ninguna ley. Con un pueblo símil de una bomba de tiempo, pues el Presidente elegido perdía su cuestionable popularidad en los primeros seis meses de mandato.

Los forajidos y la llamada Revolución Ciudadana ponen sin duda un punto de quiebre a este esquema, pues esta revolución en principio nace de intereses sociales “anti partidocracia” que luego se re significa, aunque claro, todavía son limitados para el esquema de representación que se necesita.

Y por qué es necesaria la representación. Pues un estado está conformado por grupos sociales que tienen sus demandas sociales. En el momento en que, como mencione, sean unos pocos los que dominen las relaciones de poder, dichas demandas sociales se pierden, son tomadas a segundo plano o incluso son vulnerables a la corrupción.

La representación es por así decirlo una piedra angular del quehacer político y fortalecerlo es una de las principales instancias y aunque el gremio es un primer paso, el verdadero estadio ocurre dentro de los partidos políticos.

El MPD por ejemplo o Pachakutik son los que, en principio, envuelven los deseos de sectores sociales representados, o al menos así se construye su propaganda. El primero de una clase proletaria y el segundo de los grupos emergentes como el indígena. Más allá de las discrepancias que puedan existir o no, la lógica de estos partidos es la que debe existir. Un ciudadano en base a esta lógica no se sentirá desorientado al momento de elegir donde abrigarse ante el poder Estatal.

Un punto más.  El activismo político no se lo debe igualar a otras elecciones humanas. La ideología política de la persona nace y se modifica en tanto su estructura histórico-social. Por ejemplo, es incoherente que una persona explotada por el sistema capitalista aplauda este modelo económico, o que una persona que ha sacado lucro del actual sistema predique lógicas de izquierda, pues la ideología tiene que ir acorde con la práctica en una suerte de Praxis. Bajo este marco, el construir representatividad, nuevamente, ayudará al ciudadano a encontrar su activismo político de una manera más clara.

Por supuesto, esta sugerencia solo tiene el propósito de elevar el nivel de la política con espacios más argumentados de debates, desde sectores sociales que sienten la realidad de los grupos a los cuales representan. En base a lógicas claras se pueden construir ideas que en este caso son en beneficio del Ecuador.


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