El Preconsciente

28.06.2013 16:58

“La verdad al cien por ciento es tan rara como el alcohol al cien por ciento”, Freud.

El Malestar de la Cultura de Freud nos abre las puertas para entender la sociedad política en la cual vivimos.

Freud analizó toda su teoría basado en una experiencia propia que obtuvo cuando su padre caminaba junto a él por una calle, entonces pasó un señor y golpeó al padre en el hombro de tal suerte que el sombrero del padre cayó al piso. El pequeño Sigmund esperaba una reacción violenta del padre, pero en vez de eso, su padre no actuó bajo sus instintos cogió el sombrero y el sujeto agresor quedó impune.

Basado en esto, Freud creará toda una plataforma psicoanalítica que básicamente se conceptualiza en tres elementos el Inconsciente, el Preconsciente y el Consciente, sujetados cada uno por la lógica personal de la actuación en torno al nivel del YO, del Ello y el Súper YO.

En este ensayo nos enfocaremos en el Ello, que gobierna el universo del Pre consciente.

En palabras breves, lo que descubrió Freud con la acción del  papá es que las personas no respondemos instintivamente porque estamos gobernados por parámetros sociales de acción. Freud para describir esto coloca el tema del cavernícola y el fuego. Cuando el hombre de la caverna descubrió el fuego sintió un gran deseo de orinar en el fuego porque eso le producía placer. El problema ocurrió cuando el realizar esta acción ocasionaba un perjuicio para él y por la sociedad, pues la tribu se quedaba sin fuego.

Entonces, este sentimiento de placer instintivo debe cuartearse en función del bienestar de la sociedad. En el caso del papá de Freud, una acción instintiva habría sido responderle a golpes, pero prefirió ser amable porque ese es una actuación “correcta” y diplomática. Si nos ponemos a pensar, es en base a lo “politicamente correcto” que se genera una sociedad.

Ese “políticamente correcto” es lo que Freud llama la sociedad del consiente, personas que saben cómo se debe actuar en el entorno. La contraparte es el inconsciente, el escenario del “todo vale” en el cual el hombre responde a su individualidad y funciona. Es el hombre que orina en el fuego o que golpea a quien le hace botar su sombrero.

Entre esos dos estadios se ubica el Pre Consciente, se trata del estadio del purgatorio, del Ello. El hombre está regido por el preconsciente, pero su naturaleza lo llama al inconsciente. El único cobijo que logra es el preconsciente.

En palabras coloquiales, el preconsciente es el estadio de los vicios. El hombre encerrado en su universo de servilismo social necesita escape. Unas cervezas por ejemplo, brindan ese escape y esa desinhibición. No se escapa al inconsciente, el consiente sigue ahí pero está  disfrazado con una cortina de humo.

Un friki por ejemplo que le guste el cosplay, se vestirá en ese momento y saldrá de la sociedad, pero tiene que volver.

Las drogas son el ejemplo más claro de preconsciente. Pero se debe quedar muy claro que no es subconsciente (en principio porque eso no existe) y luego porque no está abajo del consciente, sino antes del consciente. No se superpone, al contrario, es la salida a modo de enfrentamiento socialmente bien vista.

Desde este punto de vista se entiende por qué la droga es un elemento que desde el principio de la creación es válida, en tanto ha servido como paliativo para salir del universo del encarcelamiento social que nos ata y nos gobierna. Droga y fanatismo, elementos usados por el poder y que a la vez sirven para la liberación momentánea. La ventaja es que esa libertad simulada a algunos le gusta y ese espacio suele convertirse en verdaderas ideas de escape.