La pérdida del mito en la sociedad actual
“Oh, alma mía, no aspires a la vida inmortal pero agota el ámbito de lo posible”
Una honradez elemental me permite indicar que este ensayo es sesgado, poco fundado y limitado…
Las principales narraciones sobre mitología y religión nos transportan a relatos que configuran la construcción del ser humano y evidencian la sociedad en la que vive.
Evoquemos, por ejemplo, el mito de Sísifo, un hombre que por retar a Hades y engañarlo es obligado a pasar una eternidad en el Tártaro, levantando una piedra por un monte. Cada vez que Sísifo alcanza la cima, la piedra vuelve a caer y la tarea tiene que repetirse una y otra vez por el resto de la eternidad.
Este mito tiene dos lecturas. El primero es el temor incrustado a los griegos sobre la muerte a la cual no pueden evadir ni vencer. Sísifo representa los sueños de aquellas personas que buscan una eternidad, que resulta limitada frente a las garras de Hades.
La segunda lectura la reflexiona Camus. El planteará que Sísifo representa la existencia absurda del ser humano, que como diría Fausto Cabral transita por un mundo redondo en el cual no existe una meta cierta, pues todo lo que hagamos irreversiblemente termina en nada.
Supongamos, por ejemplo, el caso de un “hombre exitoso”, bien parecido, con profesión, buena salud, con muchas mujeres, con un buen empleo que le exige poco y le produce mucho dinero. Este personaje tendrá lo que llamamos felicidad. Pero qué se esconde detrás de eso, cuál es el fin. Qué ha pasado con este sujeto que tras muchos años ha invertido mucho en dinero en lograr una posición, a qué punto llega, cuál es la meta. Lo único que se viene a la cabeza es que ha logrado lo que socialmente está designado como lo correcto, consiguió un auto y una casa, logró hacer una familia… Al final está en el mismo punto en el cual comenzó solamente que con muchos años más y con más pertenencias.
Trataremos de no poner un escenario tan emo, busquemos otro personaje; este en cambio ha dedicado su vida a los viajes, pasa su vida de un lugar a otro vendiendo artesanías, por ejemplo, y ha conocido muchos países. Este segundo personaje tal vez no tenga más dinero que nuestro anterior sujeto. Pero para un segmento de la población este tipo, que puede ser un hippie, es consagrado y exaltado, pues representa todos los elementos que mucha gente lo adjetiva como “vivir”.
Sin embargo, nuestro segundo personaje no deja de tener el mismo problema que el primero. Al final tampoco tiene una meta clara, en una suerte de nutrirse de los instintos básicos y sin llegar a algo concreto.
Parece que estamos frente a una espada de Damocles, los dos sujetos llegan al mismo punto “y el ahora qué”. Camus los identificaba como gente cercana a Sisifo, sujetos que irremediablemente caen en algo absurdo. Por qué vivir.
Como para evitar un suicidio colectivo, Camus verá el único placebo del ser humano en la experiencia. Tratar de no ser el hippie o el hombre funcionalmente exitoso. Sino que ser los dos, vivir la experiencia de los dos.
Es así como una historia, una fábula, es construida en base a lo que una sociedad representa. El Contrato Social que hablaba Rousseau converge en este mito. Gente que repite una y otra vez una función cualquiera que esta sea. Apropiada para una conducta social y una suerte de convencimiento inconsciente de que todos vivimos en el Tártaro empujando una piedra que nunca llegará a la meta.
Vámonos hasta la mitología Nórdica. En este lugar encontramos a Thor, que tiene como su principal enemigo a la serpiente de Midgard. Nuestro dios, con rasgos muy cercanos al ser humano, solo tiene dos características que lo separan, su fuerza y su mazo, un símbolo fálico por cierto, que tiene el poder de convocar a la luz mediante el poder más grande, o uno de los más grandes, para el ser humano que es un rayo, algo que tememos y nos encantaría controlar.
Thor con la luz buscará vencer a la serpiente de Midgard. Una serpiente que se identifica en la sociedad como el símbolo del miedo. La serpiente que se arrastra y que a veces pasa desapercibida ante nuestros ojos es identificada como algo negativo y no es gratuito que en el Edén sea precisamente una serpiente la que emboscará y ensuciara al ser humano alejándolo del Edén.
La serpiente por su misterio y el temor que nos genera representa en el ser humanos aspectos negativos, es terror a lo desconocido, es incertidumbre, es vulnerabilidad, es decir es oscuridad.
El mito nos enfrentará a la luz frente a la oscuridad. Thor como representante de la humanidad portará la luz, frente al enemigo de la humanidad, la naturaleza, representada por una serpiente que tiene el estandarte de la oscuridad.
El resultado nuevamente es la nada. Luego de muchos intentos de Thor por vencer la oscuridad llega el enfrentamiento definitivo y tras una fiera batalla ambos caen muertos en el campo de batalla.
Luz y oscuridad luego de esta batalla para el ser humano es igual. De nuevo estamos enfocados en la nada, en el sinfín, en algo irresoluto. El ser humano que busque la luz o la oscuridad al final dejará escapar estos dos elementos y se quedará solo sin ningún propósito.
Por qué dos mitos radicalmente separados uno del otro codifican una lectura similar. La respuesta evoca al espíritu de la sociedad de aquel tiempo, con la desesperanza que existe frente a una realidad que no veía una meta fija.
Por eso podemos explicar que estas dos mitologías caerían, a pesar del tributo carnal y del placer al cual evocaban, frente a religiones moralistas y que venían de un sector que siempre fue visto de menos y siempre estuvo oprimido.
La religión judeo cristiana se impone porque brinda una salida, una salvación. El mundo mitológico ya sea egipcio, griego o nórdico no daban ninguna esperanzas a una sociedad la cual estaba dominada por tiranos que no daban oportunidad a la reacción al ciudadano.
Gente tan sabia como la griega nunca vio en sí mismo un sentido de acción, muy alejados del materialismo dialéctico de Marx, su esperanza siempre fue más de carácter hegeliano y su naturaleza, aunque sabía, pues desarrollan la democracia mediante una nueva metafísica de la sociedad y de ideas, siempre estuvo consciente de su naturaleza de sobrevivencia.
Mitos como el de Teseo y el Minotauro e historias como los 300 espartanos eran una forma de irradiar esperanzas en el pueblo, pero frente a enemigos externos que desestabilizaban a las grandes autoridades que ya existían y que buscaban perennizarse en el poder.
Como decíamos, Cristo un revolucionario de esa época, coloca esperanzas tanto en el cielo como en la tierra de un futuro mejor y ya no deposita estas ideas en la gente poderosa, sino en las prostitutas, en los lisiados, en la gente con lepra, en el pueblo humilde en general.
La religión judea aunque coincide con el mito de Teseo en algunos pasajes, también deposita las esperanzas en el pueblo oprimido de judea. El simple hecho que Dios no se representase en materia, aislaba las manos del poder por identificarse como dios. Ahora los más cercanos a Dios son los mensajeros como Moisés, pero nadie pretende ser él mismo Dios o tener patente a las figuras divinas que existían en otros pueblos.
Aunque soy cristiano, no se puede obviar el hecho de que la religión judía y los primeros pasos del cristianismo apuestan a una sociedad cansada de tanta explotación de los grupos de élite y de los imperios que pasaban por este pueblo explotado continuamente.
Entonces, recapitulando vemos en la mitología griega y en la nórdica la naturaleza de un pueblo que aunque desprendido de los moralismos, porque sus figuras a seguir, o sea sus dioses, tenían los mismos instintos humanos, eran continuamente informado a partir de sus relatos de la desesperanza y de la absurdidad de la existencia.
La religión judeo cristiana cambia esto y acogidos por los discípulos de Cristo empieza una carrera por difundir esta irreverencia en los demás pueblos. Por supuesto, el mensaje de Cristo se acopla a una realidad de un pueblo que militarmente no podía hacer, nada, así que el mensaje del amor y de la resistencia al poder, como lo destaca la teología de la liberación, se expresaba de una manera, si se quiere, más pacífica en el campo de las armas, más no en el de la política.
Esto último debido a la conversión de muchas personas que poco a poco ponían su incidencia en el poder y al tener cada vez más adeptos consiguieron que al final, ya sea por mandato divino o no, que Constantino instaurará como religión oficial al cristianismo.
No podemos hablar de mito, pero sí de parábolas y nos detendremos en la del Hijo Pródigo. Aquí, el muchacho que se entrega al mundo, mira que en la sociedad no existe la solución que el buscaba, el mundo lo ha tratado mal y vuelve a los brazos de su padre que lo recibe con agrado.
Esto no deja de ser un discurso nacionalista, el mundo romano jamás se podrá comparar a la padre nación judea con su máximo patriarca Yavh. Asimismo, este hijo en la humildad y al momento de dar la espalda al mundo se ha forjado una meta que es intangible y esta es volver a su casa y reivindicarse. El mundo del poder no le ha parecido bien, lo mejor es volver al amor de sus conciudadanos que si bien no tienen las riquezas del mundo lo impulsan y lo levantan de nuevo, a pesar que algunos hermanos ciudadanos censuren su acción pasada, tienen que aceptarlo, porque el padre patria, la deidad así lo dictamina.
Con este tipo de mensajes no es raro que los romanos canjearan las orgias por la vida en familia y el rezo. No es raro tampoco que roma se convierta en cristiana al ver mártires que luchan por sus creencias. Pues si bien en tiempos anteriores existían radicalismos religiosos, estos eran de carácter más deportivo y político. Además, que es más fácil renunciar a dioses que son cercanos a nosotros como Heracles, que dar la espalda a la perfección del Dios cristiano.
Entendemos el mundo asociado a la religión cristiana en este momento y entendemos también que existieran fricciones en Israel por pueblos que se niegan a meter el factor de la solidaridad ante la opresión salvaje de los romanos y prefieran conservar el mensaje más estricto del antiguo testamento. Sin embargo, ambas religiones perduran hasta la actualidad por esa esencia irreverente. De alguna forma, la religión Musulmana conserva esta tradición, aunque como veremos a continuación, lo que se impondrá en el futuro será el contenido de sumisión.
Cómo configurar la irreverencia en sumisión. El primer eslabón de este camino lo encontramos en Pablo, odiado por muchos autores y acusado de distorsionar el mensaje de Cristo, a pesar que para otros es quien lo difundió.
Pablo realiza una lectura que no deja de convenirle al poder, pues si bien reitera la irreverencia ante un poder establecido, consolida lo que en la actualidad llamamos moralidad y sobre todo, recapacita a la gente en el concepto de pecado.
Pablo buscará constantemente infundir miedo ante la gente que ahora es cristiana y que puede dudar. Si bien, existe un pasaje que se asemeja a la religión griega, al sentenciar que solo por la creencia en Jesús el ser humano será salvado, sienta las bases de todo lo que un cristiano tiene que hacer, es decir plantea los parámetros de lo políticamente correcto.
Lo políticamente correcto en el concilio romano será tomado muy en cuenta y desde aquí empieza a posicionarse la imagen de los santos mártires y así como la convicción cristiana de los que murieron en el coliseo romano atrae gente, también los atrapa, porque se le indica a la gente que el masoquismo es lo correcto. Recuerdan a esta gente que los cristianos muertos solo rezaban y no generaban esa irreverencia práctica que siempre estuvo latente en los principios de la religión cristiana. Los mártires cristianos configuran un nuevo mito, pues se exagera la dimensión de los fallecidos ante la mano de los perversos emperadores.
Ahora la sumisión no solo es lo apropiado, sino que es lo necesario para llegar al reino de los cielos. Las otras religiones también emulan este camino, los judíos resaltan al Dios estricto y ratifican sus estructura clasista y en el caso del budismo ,por ejemplo, mediante el Zen se apela al gozo interior, al nirvana, que no atente al poder.
Con estas religiones llegamos a otro escenario de la naturaleza humana, al estadio del oscurantismo, de las inquisiciones. Las inventoras y las que quieren de alguna forma desestabilizar el régimen son llamadas brujas y la Iglesia se convierte en brazo derecho del poder en un principio y luego en el mismo poder.
La reforma es el mecanismo que luego de muchos años obtendrían los que no están en la cúpula para atentar contra el poder. Calvino y Lutero solamente con cambiar la lectura del cristianismo apostólico romano desestabilizan al poder y los cuentos atacan con historias fantásticas, corren las historias de ciencia ficción, se enaltece y se hace conocido Da Vinci.
El punto aquí es que la religión católica apostólica romana logró algo que otras religiones y mitos hasta ese tiempo no conseguían, que era la universalización de la religión. Para épocas de la reforma y el posterior renacimiento, la religión cristiana llega a todos los lugares y está enraizada en la sociedad con la hegemonía, es decir con el convencimiento y la fuerza, algo que hasta ahora lo vivimos aunque de una manera mucho menor.
El nuevo conocimiento científico, la caída de los teóricos de la escuela de Frankfurt, la caída del muro de Berlín y el new age es un último escenario que estamos viviendo. Con un carácter más nihilista, palabras como ateo o agnóstico ya son bien vistas. Los contenidos ahora no son tan sólidos como los mitos antiguos, ahora algunas muestras del ser humano son mejor reconocidas en el arte. El problema actual es que los mitos se han perdido debido a que ya no existe una masa de grandes dimensiones que esté dispuesta a seguir los mismos lineamientos. El sujeto está tan cosificado que adquiere sus propios consumos, ahora sin necesidad de reflexión, solo por gustos, es por eso que no existe nada y tan solo quedan rasgos de lo que se podría llamar mitos, en los comics y mangas, pero estos tienen una función más banal y más coyuntural. Además los temas se han diversificado tanto que es difícil proponer historias de culto, dejando el protagonismo a los best seller, que en ocasiones no producen ningún mensaje más que efímero a la sociedad.
Heracles representaba a la naturaleza de toda la sociedad y su historia significaba identificación de todos, esto es lo que Walter Benjamín lo definió como aura. La masificación de los contenidos elimina esta aura, la identificación no existe sino en periodos cortos. Hoy somos Thor porque vimos esa película hasta que nos identifiquemos con el Capitán América cuando salga esta.
La industria cultural una vez más define la naturaleza de la sociedad. En este punto se abre la discusión de conocer si la industria cultural es la que domina al ser humano o si bajo un sistema de usos y gratificaciones, es la sociedad la que impone que ver.
Este poder le importa poco al Poder rector, que logró desarmar al ser humano, destruyó todos los metarrelatos excepto los metarrelatos que se identifiquen con la sumisión. Además, permite cualquier expresión cultural mientras no afecte al Estado, por eso la droga y los grupos rockeros no son censurados, porque son pasivos, estos dos puntos solo por poner un ejemplo.
La droga funciona al momento que anula la acción de las personas. Las ilegales solo son ilegales mientras el poder tenga perjuicios frente a él, en el tema estrictamente económico, pues socialmente lo promueve y es que la persona que consume drogas es implícitamente promovida en varios contenidos culturales.
En cuanto a los rockeros, son permitidos en cuanto difundan su identidad mediante el consumo de chaquetas negras, de discografía, de entradas para conciertos musicales, etc. Al poder le interesa que la gente consuma y nada más. Si en algún punto los rockeros deciden enfrentar de forma real al poder usarán sus mecanismos de opresión mediante la fuerza pública. A propósito que esto es para todas las tribus urbanas, la rockera es un ejemplo.
Entonces como Baudrillard manifestaba, la sociedad actual se construye en base a simulacros, como todo lo demás en la sociedad, los mitos solo quedaron olvidados, en la medida que no funcionen al poder, y una película del Che Guevara que se puede convertir en un mito a seguir se transforma en un elemento comercial para comprar cosas y exaltarse como socialistas, feministas, ecologistas y demás actividades que al sujeto desprevenido le pueden significar que efectivamente se está creando un cambio de la gente (Mayo 68 murió cuando los estudiantes salieron a vacaciones).
De esta forma volvemos al Sísifo, aquel mito que debería ser renacido para advertirnos como estamos viviendo una existencia sin sentido, con expresiones que no nos llevan a ningún lado y lo peor del asunto es que nos reivindicamos así y dejamos que el tiempo siga su rumbo sin un cambio radical en la agenda del debate que nos imponga una meta cierta, un fin, algo porque luchar, algo que dejar a la gente que viene atrás de nosotros, si queremos enfrentar a Freud y Nietzsche que identificaron un nihilismo que en ocasiones nos identifica con aquellos griegos de gran inteligencia, pero sin esperanzas.
Si llegó hasta acá es porque no tiene mucho que hacer jajaja. Este artículo está subido en mi blog personal y también en el de José Rodríguez que me dio la oportunidad de publicar mis ensayos en su blog y por lo cual le agradezco. Muchas gracias por dar un poco de su tiempo en la lectura de este artículo.
El blog de José Rodríguez es: https://granimperiodelmal.blogspot.com/