Crimea, la joya de la corona
Crimea está ubicado en la península este de Europa. En la antigüedad era parte de una tribu que descendía de los cimerios, luego pasó a ser parte de la Unión Soviética y al dividirse este Estado pasó a formar parte de Ucrania; hasta hace algunos días, cuando mediante referéndum democrático fue anexada a Rusia.
¿Por qué ha despertado tanto interés esta región del planeta? Estados Unidos y Rusia, al puro estilo de la Guerra Fría han mantenido una disputa verbal y tanto Obama como Putín se han lanzado acusaciones indirectas de lo que se busca en la problemática ucraniana.
No puedo evitar pensar cuando escribo este ensaño en la United Fruit, una compañía con conexión estadounidense que intervino en América Latina y que tuvo entre sus propósitos depredar las tierras, sentar las bases de la USAID y esconder las atrocidades de las dictaduras, así como ser puente del FMI y de la era del neoliberalismo.
Así es como trabaja Estados Unidos, constantemente interviene directa o indirectamente en la política de los países cuyo interés está en juego. En Ecuador por ejemplo, tras el boom petrolero, existió una campaña constante de parte del FMI que al terminar el Gobierno de Hurtado y con la sucretización colocó a Ecuador como uno de los países más pobres, más endeudados, más corruptos y con menos crecimiento en la región.
Así actuó Estados Unidos en el Chile de Pinochet o en la Argentina de Videla. Siempre por intereses, como los programados ataques a países de Centro América que derivaron en la caída de Batista por los revolucionarios socialistas.
Recientemente la historia de Estados Unidos se enfocó en uno de los sectores con mayor riqueza petrolera en el mundo. Comenzando por Irak y Afganistán y cruzando recientemente por Egipto, Siria y Libia; se ha ofrecido al mundo lo considerado como la Primavera Árabe, un movimiento que pretende eliminar todo rastro de dictadura de la región y cambiarla por gobiernos democráticos.
Pero como mandato divino, lo sucedido en Egipto demostró la doble moral del Gobierno de Estados Unidos, pues patrocinaron una dictadura en contra de una población egipcia que de forma democrática eligió un gobierno que al no seguir los intereses de occidente terminó en derrocarla.
En estos días salió en los medios de comunicación una noticia sobre la condena a muerte de 529 opositores al régimen militar, lo cual debería causar alarma en el Gobierno de Obama. Sin embargo, esa alerta no se ha escuchado, al menos no de forma decidida.
Al parecer Egipto no representa el verdadero espíritu democrático que tienen los ucranianos y los sirios, pueblos que han salido a las calles de forma “pacífica” a luchar contra gobiernos dictatoriales.
En Siria sin embargo, cada vez más se ha escuchado que no es el pueblo quien ha luchado contra el régimen sirio y existen fuertes rumores sobre la posibilidad de un mercado de armas de parte de Estados Unidos hacia mercenarios que estarían detrás del intento de golpe de Estado. Lo que más llama la atención es que estos mercenarios han sido emparejados con los temibles Al Qaeda, supuestos responsables del ataque a las Torres Gemelas y que en su momento generó repudio a este grupo dirigido especialmente al triste celebre recordado Osama Bin Laden de cuya figura se hizo un circo mediático haciéndole pasar como la reencarnación del mal.
Hace algunos días leía un titular que sirvió de inspiración para este ensayo y cuyo titular decía “Estamos jodidos” y no puede estar más acertado que esto. Ucrania se divide entre el interés estadounidense de que ucrania se anexe a las políticas de libre comercio de la Unión Europea con países como Francia o Inglaterra a la cabeza y el deseo de Rusia que siga aportando al desarrollo del área ex Unión Soviética.
Sin embargo, este último escenario no es para nada alentador, pues datan los recuerdos desde Stalin, al menos, donde Ucrania fue sometida a los intereses maniáticos de este dictador soviético que en defensa de Moscú literalmente mataba de hambre a los sectores periféricos. Cuenta la historia que Ucrania fue víctima de las políticas extractivitas de Stalin y que a cambio de eso él les daba muerte y enfermedad.
Tal es el escenario terrorífico, que en la avanzada Nazi, un importante número de ucranianos cambiaron de bando y se unieron al ejercito de Hitler. Desde esa época hasta la actualidad, Rusia ha convertido a Ucrania, al puro estilo de Estados Unidos en América Latina, en su patio trasero.
La cortina de hierro solo esconde luchas desiguales en provecho de la madre Rusia y que con un poco de propaganda orquestada por occidente derivaron en una auténtica protesta del pueblo ruso contra su dictador, quien coqueteaba con Rusia. El dictador Yanukóvich cuando vio que todo perdido encontró en Rusia una puerta abierta para su salvación ante una posible pena de muerte junto al tan famoso retrete de oro, tan mencionado en CNN.
Rusia jugo un papel clave en Siria y así como se sospecha de una intervención directa en contra de la oposición terrorista también se comenta sobre el apoyo armamentístico Ruso al Presidente Al Assad
Por su parte, Estados Unidos ha encontrado la fórmula, igual que en Venezuela, para que sea el mismo pueblo quien salga a las calles a derrocar de forma “democrática” a quienes han realizado una mala administración del poder.
No nos cuentan que en Venezuela y en Ucrania es la burguesía la que ha salido en su mayoría y que los medios de comunicación han jugado un papel fundamental para hacernos creer una masificación de una protesta, que al menos en Venezuela parece no ser del todo cierta.
En Ucrania, pueblo que odia profundamente a Rusia, la realidad pudiera ser diferente y por eso muy pocos han puesto el pero en la salida del dictador, no así de Crimea, sector que aunque hace poco parte de Ucrania, tenía entre su mayor población a ciudadanos rusos.
Pero la disputa de Crimea entre Estados Unidos y Rusia viene desde hace antes, incluso desde Siria cuando ambos gobiernos interfirieron en este país provocando un histórico triunfo ruso sobre el estadounidense.
Barbero fue quien proponía que el orden de importancia en un país cambiará de sus ejes políticos a los ejes económicos y de información. Precisamente el económico es el que explica este paralelismo.
El Socialismo del Siglo 21 en América Latina solo ha sido posible por este cambio de correlación de fuerzas en términos económicos, precisamente por la avanzada de China, India, Rusia y Brasil, que se disputan espacio comercial con los tradicionales países del primer mundo, básicamente Japón, Estados Unidos y la Unión Europea.
Este cambio de escenario, como decíamos, consolido el Socialismo del Siglo 21 y permitió a Siria no ser invadida por Estados Unidos, así mismo ocurre con Irán, socio estratégico de estos nuevos países.
En este escenario polarizado entre el nuevo Imperio y el tradicional no se avizora un conflicto armado, pero si se ponen en juego miles de millones de dólares y Crimea por así decirlo es la joya de la corona, es la Dánzing del III Reich. Su posición estratégica es similar a la de Siria, es un paso geográfico. Se calcula que un gran porcentaje del gas que llega Europa pasa por este lugar. Asimismo, Crimea se ubica en una posición privilegiada frente al Mar Negro, que es considerada una puerta para Europa frente a países como Turquía, Siria y Bulgaria.
Al parecer la unión de Crimea a Rusia es una especie de premio de segundo lugar en tanto que Ucrania terminó hace pocos días firmando el acuerdo comercial con la Unión Europea.
La posición de Putín es entendible desde el aspecto comercial, él quiere evitar que Europa se una y realice convenios con otros países, específicamente con los de oriente, pues recordemos que hasta el momento Rusia sigue arbitrando las dos regiones dada su posición geográfica.
Estados Unidos por su parte sabe que el Imperialismo necesita de recursos y aunque el plan, y de ahí la invasión a Siria, es abrir canales comerciales separando a Rusia, consiguió una Ucrania que de no tomarse los correctivos necesarios puede caer en las garras neoliberales que condenaron a países como España y Grecia. Destaquemos que aun sin Crimea, Ucrania sigue siendo deseada por su privilegiada posición y eso lo saben las potencias mundiales, que continúan en un fuerte clima de tensión, cercano al de la Guerra Fría.
Todo esto no hace más que enfatizar como las potencias muestran sus garras teniendo a civiles como víctimas, pues tras estas letras que son cercanas a una película de acción se esconden muertes, sufrimiento y crisis económicas que generan, en muchos casos, condiciones infrahumanas de vida.