El Supermán y Batman de Nolan
03.07.2013 07:46“La gente paga por su propia subordinación”, Noam Chomsky
Tuve la oportunidad de ver los filmes de El Hombre de Acero y el Caballero de la Noche Asciende, ambas producciones del inglés Christopher Nolan.
No dudaremos de la calidad de las dos películas, pues una es mejor que la otra en cuanto a historia, recursos cinematográficos, fotografía y demás elementos que envuelven al público.
Analizaremos, y nos apropiaremos de lo que ya planteó Chomsky con Batman, el discurso que maneja Nolan en estos dos personajes, de corte meramente norteamericano y capitalista.
Precisamente, Chomsky con Batman nos plantea una reflexión ideológica que para muchos pasó desapercibida. Si vemos a Batman y a Bain (el enemigo de turno), veremos que en el clímax de la película se plantea al malvado Bain con la idea demente de permitir a los delincuentes apropiarse del capital de ciudad Gótica.
El apoderamiento no es solo del capital, sino del poder político (como la Alcaldía) y del poder judicial (con la toma de la Corte de Justicia de ciudad Gótica) – a cargo del Espantapájaros- otro enemigo de Batman.
Desde este punto de vista lo que hace Bain es al puro estilo de Robín Hood quitar a los ricos para distribuir las riquezas entre los que menos tienen.
Por supuesto, las situaciones son por demás violentas. La sociedad de Bain no se sostiene en base a ciudadanos o proletarios, sino de delincuentes y además, y como Chomsky lo declarará, en esta sociedad cambiante el único destino que le espera a ciudad Gótica es la destrucción. (Directa amenaza a la ciudadanía, que cualquier cambio del orden establecido será peor incluso que el poder actual, a pesar que pudiera existir en una plataforma de explotación).
En otras palabras, en este ideal socialista de Bain se esconde, y así lo concibe Nolan, la idea de que ciudad Gótica está mal, está caotizada, pero siempre será mejor que los cambios que plantea Bain, que puede incluso llegar a destruir a la sociedad.
Batman en este juego viene a tomar el papel del Salvador, el Jesucristo de la película que resucita entre los muertos (o escapa de una cárcel infrahumana) para vencer al malvado socialista que ha quitado el poder a la clase burguesa de ciudad Gótica.
Hasta aquí el discurso en Batman. ¿Qué pasa con Superman? El niño de Kriptón que tuvo que escapar de su planeta a punto de destruirse por malas decisiones de los Gobiernos.
Básicamente es el mismo punto. Una de las razones por las cuales el planeta está a punto de ser destruido es por el mal uso de los recursos de Criptón y en este contexto se hace referencia frecuentemente al Códice, la calavera que Jor El roba para preservar la raza.
El Códice es un aparato que crea artificialmente kriptonianos y como Supermán lo describe bien, sirve especialmente para que los hombres nazcan para trabajar en una función específica y precisamente uno de sus enojos es que las personas pueden ser más si luchan por hacerlo.
Jor El comparte plenamente esta lógica con su hijo y lo manda a la tierra, un planeta de “libertad”, pero antes de hacerlo fusiona a su hijo con el Códice. Si nos fijamos Supermán descubre que cada célula de su cuerpo representa un kriptoniano.
Esto es puramente funcionalista, si lo analizamos advertimos que las células trabajan para el Súper Hombre, que por lógica dista de la naturaleza normal del trabajador. Nuestro Súper héroe es el ejemplo del progreso, del avance.
Por supuesto, su lucha es en contra de Zod, el malvado soldado que quiere restaurar el régimen de la igualdad genética.
Todo esto son solo lecturas, que pueden ser miradas desde diversa miradas, pero es indiscutible que Chomsky acertó para muchos con la intención de Nolan de presentarnos la lógica que el capitalismo es malo, pero siempre será mejor que cualquier sistema que pretenda cambiar el orden social. Al final, jamás permitiremos que Kripton sea el nuevo nombre del planeta Tierra.
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